I.II El Carácter Cientifico de la Historia
La historia es la ciencia que tiene como objeto
de estudio el pasado de la humanidad y como método el propio de las ciencias
sociales. Se denomina también historia al periodo histórico que transcurre
desde la aparición de la escritura hasta la actualidad. Más allá de las acepciones propias de la ciencia
histórica, historia en el lenguaje usual es la narración de cualquier suceso,
incluso de sucesos imaginarios y de mentiras. En medicina se utiliza el
concepto de historia clínica para el registro de datos sanitarios
significativos de un paciente, que se remontan hasta su nacimiento o incluso a
su herencia genética.
A su vez, llamamos historia al pasado mismo, e,
incluso, puede hablarse de una historia natural en que la humanidad no estaba
presente (término clásico ya en desuso, que se utilizaba para referirse no sólo
a la geología y la paleontología sino también a muchas otras ciencias
naturales; las fronteras entre el campo al que se refiere este término y el de
la prehistoria y la arqueología son imprecisas, a través de la paleo antropología).
Ese uso del término historia lo hace equivalente
a cambio en el tiempo. En ese sentido se contrapone al concepto de filosofía,
equivalente a esencia o permanencia (lo que permite hablar de una filosofía
natural en textos clásicos y en la actualidad, sobre todo en medios académicos
anglosajones, como equivalente a la física).
Para cualquier campo del
conocimiento, se puede tener una perspectiva histórica el cambio o bien
filosófica -su esencia. De hecho, puede hacerse eso para la historia misma
(véase tiempo histórico) y para el tiempo mismo (véase Historia del Tiempo de
Stephen Hawking, libro de divulgación sobre cosmología).
Los instintos primarios
están relacionados con todas las especies, tanto animales como vegetales,
pudiéndoseles denominar también mecanismos de autodefensa. En el ser humano se
encuentran presentes y tienen muchísimo influjo en nuestras vidas y en la
sociedad, aunque quizá no nos demos cuenta de ello. Podríamos ordenarlos en
cuatro categorías; reacciones de supervivencia, instinto de procreación o
sexual, búsqueda intelectual y colonización del territorio, e inclinación
depredadora de los recursos naturales y frenesí destructor.
Estas agrupaciones
encuentran su explicación general en el ámbito de la Biología. Mientras, en lo
que concierne a nuestra propia especie, se comprenden con claridad desde la
perspectiva antropológica. Si ambas se combinan permiten una visión más
completa.
Los factores
mencionados, aunque pertenezcan al conjunto, se manifiestan de modo diferente
en cada grupo e individuo, incluido en el género. Es así por los componentes
genéticos, que son fruto de la herencia cifrada en la memoria celular. De ello
se deduce que la naturaleza física, anímica y sicológica de cualquier persona
va estar condicionada por ellos.
Por lo tanto, los
elementos tradicionales de la Historia no son suficientes para crear un modelo
eficaz de interpretación, ni siquiera con la ayuda de las Ciencias Políticas,
la Sociología o la Economía. Hace falta recurrir a otras disciplinas, que son
principalmente la Biología, la Antropología y sobre todo la Genética.
Los instintos
básicos, en su estado primario, podemos denominarlos inconsciencia. Su
finalidad última es transformarse en consciencia, que reside potencialmente
hasta en la última célula del cuerpo, no sólo en el cerebro. Estos mecanismos
entran en relación con el tiempo, o reloj biológico que marca los ritmos de la
evolución, tanto progresivos como involutivos. Asimismo, se ven muy
influenciados por los condicionantes físicos del espacio y por el resto de
organismos vivientes.
En consecuencia, la
relación de los instintos con el ámbito espacio-temporal nos da la respuesta
exacta del grado de evolución de determinada sociedad. A su vez, cualquier
civilización puede comprenderse bajo cuatro parámetros; régimen político,
coyuntura religiosa, medios de subsistencia, y fuentes energéticas.
Como resultado de
este razonamiento, se podría asegurar que los fenómenos sociales son la
manifestación externa de los instintos primarios colectivos, que a su vez son
la suma de los individuales. En consecuencia, la verdadera explicación de la
Historia no se encuentra en las formas de organización, al menos de forma
exclusiva, sino que entran en juego otros componentes vitales.
A la hora de entender
la consciencia evolutiva no hay mejor testimonio que el genoma. Es un verdadero
registro gráfico, a nivel micro espacial, que contiene una información
intrínseca casi ilimitada. Está compuesto de espirales que forman una
estructura helicoidal, en la que se contienen los datos de la inteligencia
molecular. Es un libro abierto para los científicos y muestra todos los pasos
del ser humano desde nuestro pasado más remoto, así como las potencialidades
por descubrir.
En síntesis, los
componentes de las bases nitrogenadas; A, C, G, T, se repiten en una secuencia
concreta, que define la composición de cada individuo, familia o grupo étnico.
Al respecto cabe destacar las investigaciones de Spencer Wells sobre genética
de poblaciones, en relación con los fenicios, su origen y la posterior herencia
en los pueblos actuales mediterráneos.
El estudio está
basado en el análisis del ADN presente en los restos óseos del tiempo de la
colonización fenicia, así como en la observación del genoma en la sangre de
miles de individuos de hoy en día. Sus resultados han llegado a hermanar a
algunos musulmanes y cristianos del Líbano, antes en guerra, gracias a la
conclusión científica de que ambos entroncan en el mismo origen.
El componente
genético en absoluto es estático, sino que muda y evoluciona hacia su propio
perfeccionamiento. Guarda siempre toda la información que resulta crucial para
la supervivencia y el desarrollo de la especie. Entonces, ¿en función de qué
elementos se producen las mutaciones?
Como ya se ha
reseñado, están condicionadas por la relación con el ecosistema, donde el
oportunismo encaminado a la adaptación es la clave. Pero sólo en nuestro caso
los factores instintivos son capaces de crear variables aleatorias de
diferentes estructuras sociales, al contrario que en las demás especies. En
apariencia este fenómeno sucedería sin solución de continuidad.
Es así por nuestra
especial capacidad intelectual o cognitiva, que da prioridad a las formas
externas sin percibir la esencia de las mismas. Por el contrario la capacidad
cognoscitiva, que reside en nuestro interior como potencialidad, cuando se
activa permite el desarrollo de la consciencia individual.
Dado que lo colectivo
es la suma de sus elementos, esto nos permitiría alcanzar niveles de
organización por encima del lastre histórico de los instintos más negativos.
El
hombre y el suceso se rigen por leyes y éstas son el marco en el cual deben
planearse todos los problemas que atañen a la historia. Pues la historia asi
como el hobre se rige de leyes de las cuales al no regirlas se va creando un
problema del cual temos que planear algo para poder arreglarlo y no volver a
cometer el mismo error.
El
trabajo del historiador
El
trabajo del historiador es buscar la verdad, indagar en los hechos históricos,
a lo que comenta un historiador: “la historia
es la vida pero contada y reflexionada”
El
metodo del materialismo historico
En el
campo de la historia, Marx y Engels identifican los cambios que ha tenido la
sociedad en su proceso de evolución y la relaciones sociales que se han visto
transformados a lo largo del proceso histórico, las identifican como un modelo
al que equiparan con el materialismo de la historia.
Curiosamente, al escuchar la palabra historia pensamos
en dos cosas que no son necesariamente lo mismo: por un lado podemos entender
la serie de acontecimientos pasados narrados por alguien (las historias del
abuelito) o a una disciplina que se dedica al estudio de esos acontecimientos
en forma científica. Nos encontramos entonces con dos propuestas: una
historia-acontecimiento y una historia-interpretación.
Al hablar de una historia acontecimiento nos referimos
al hecho histórico, un fenómeno que pasó y que es de dominio popular sin
mayores expectativas de entendimiento, de todos es conocido que hubo una
dictadura de Carías seamos historiadores o no, pero muy pocos saben porqué y
que efectos posteriores tuvo en la sociedad hondureña. Sin embargo, cada uno de
los participantes habrá dado su versión de los hechos, de sus causas y efectos,
dependiendo si estuvo a favor o en contra de la dictadura, en un intento de
hacer historia-interpretación. Y a la larga ambos son historia, lo único que
las diferencia es la cientificidad involucrada en una de ellas con el fin de
dar validez a lo expuesto.
A priori podría parecer simple el hecho de que un
acontecimiento es indiscutible porque sucedió y punto; pero su interpretación
es sumamente discutible sobre todo por los apasionamientos de los
participantes. Aún el acontecimiento puede ser polémico, tal fue el caso de
Lempira, el que por muchos años fue un mito hasta demostrarse su existencia
documentalmente gracias al tesón del investigador hondureño Mario Felipe
Martínez Castillo.
“Historia” como ciencia, puede definirse de forma
sencilla como el paso del hombre en sociedad a través del tiempo. Sin embargo,
a lo largo de los años, muchas consideraciones han sido tomadas en cuenta como
para enriquecer el término y darnos una definición más amplia sobre lo que
Herodoto (el primer historiador del mundo) denominó historia, que en latín significa
“indagación”. Es cierto que indagamos el pasado, pero no solamente para conocer
historias que repetiremos sobre gentes y lugares distantes; Herodoto fue más
allá, al intento de comprender los acontecimientos, tratar de explicar el
porqué del mismo y como influyó en la sociedad o sociedades involucradas en el
fenómeno.
De esta forma encontramos las primeras crónicas que,
al llegar a nuestros días, representan valiosos documentos por la forma de
presentar los hechos y su intento de explicarlos, por ejemplo las “Crónicas de
Judea” de Flavio Josefo, por medio del cuál podemos conocer los hechos de los
romanos en tierras judaicas, la destrucción de Jerusalém, el sitio de Masada y
la prueba documental de la existencia de Cristo.
Las ciencias evolucionan y es necesaria la abstracción
teórica para afinar la definición y encontramos una serie de personajes que
teorizan sobre el concepto. Para March Bloch es “la ciencia de los hombres en
el tiempo, muy vieja como relato pero muy joven como empresa razonada de
análisis”. Como ciencia, su objeto de estudio es el hombre como parte
integrante de una comunidad a la que pertenece, caso contrario, es decir, el
estudio del hombre como ser individual caería dentro del campo de las
biografías, la sociología u otra rama del saber científico.
Esto reafirma el sentido de que la historia tiene un
carácter de estudio de la colectividad, del hombre en masa interactuando con el
medio que lo rodea en busca de su propio destino. Muchas personas comparten la
idea de que la historia es aburrida ya que se trata de fijar mentalmente
nombres, fechas y lugares a fin de aprobar una asignatura, pero ello es tan
sólo uno de los elementos de la historia: la crónica. La historia vá más allá,
busca comprender el pasado para entender el presente y tener elementos de
juicio para planificar mejor el futuro.
Quizás por ello es que Childe encuentra en la historia
la fuente para resolver con criterio objetivo qué es progreso de una forma
científica. Otros autores aportan diversos elementos, Pierre Vilar por ejemplo,
habla de comprender el pasado y sus factores sociales para entender el
presente; Jean Chesnaux denuncia el carácter conservador de la historia
construida por academias y pide una historia al servicio de la revolución
social; para Edward H. Carr es la idea que hemos de formarnos sobre la sociedad
en la que vivimos, un proceso continuo de interacción entre el historiador y
sus hechos, un diálogo sin fin entre presente y pasado; para Miguel Angel
Gallo, la historia no es más que el estudio científico de las sociedades a
través del tiempo.
Para José Cecilio del Valle, la histotria de una
nación era “un curso de ciencias morales, políticas y económicas. Presenta el
cuadro del país donde se han unido los hombres para vivir en sociedad; indica
su clima, aguas, vientos, producciones, etc…;descubre el origen primitivo del
estado, manifiesta las formas de gobierno que han adoptado sucesivamente, la s
leyes que han dictado o recibido, y las influencias de sus sitemas físico
político en la moralidad, ilustración y riqueza de los pueblos, desarrolla la
cadena de sucesos derivados unos de otros y ligados entre sí todos, los
progresos o retrocesos, las causas que dan impulso a los primeros o producen
los segundos, los tiempos de luz y los tiempos y los días de tinieblas, las
épocas de vida y los períodos de muerte. La historia presenta simultáneamente
la teoría y la práctica. Es la política en acción, la Crisología obrando, la
ciencia moral demostrando sus principios con hechos.”
Un tercer planteamiento aparece en cuanto al término
historia: cuando se le usa como teoría. En este caso, se habla de la reflexión
más o menos sistemática y rigurosa acerca del sentido, utilidad y limitaciones
que posee la historia como ciencia. Tanto la teoria como la historia-interpretación
sufren modificaciones a través del tiempo en cuanto a que se van corrigiendo,
superando, sufriendo modificaciones todo ello en proporción a la ubicación y
acceso a las fuentes de investigación.
Ejemplo de ello, es que hasta hace algún tiempo se
creyó que el los mayas en Copán fueron un pueblo pacífico, sin embargo
investigaciones recientes han demostrado que ellos también participaron de las
guerras que caracterizaron el período clásico mesoamericano. Entre otros
factores que inciden en los cambios a la historia podemos señalar:
Ø
Las nuevas exploraciones arqueológicas.
Ø
El avance de las ciencias exactas que al apoyar a la historia
son capaces de arrojar nuevos datos, deshechando así las hipotesis anteriores.
Ø
Los cambios filosóficos que, al superar a previas
concepciones del mundo, hacen lo mismo con algunas teorías de la historia.
Ø
El desarrollo de nuevas ciencias y su utilidad por la
historia.
Ø
Las luchas sociales y políticas que son la materia prima de
la historia.
En
resumen podemos afirmar que la historia estudia el movimiento del hombre en
sociedad a través del tiempo en forma científica abarcando la tríada pasado,
presente y futuro; con la premisa de que todo hecho histórico tiene causas y
efectos; el objeto de estudio es el hombre, que en cuanto se define como un ser
social la historia se avoca al estudio de las sociedades. Toda sociedad que no
conoce su historia estará condenada a repetirla. Por eso difundimos en toda
forma posible la historia, porque solo así…Honduras avanza.